Terapias energéticas por María López Presa
Todos los secretos.
Somos luz, estamos constituidos por un complejo entramado de canales, meridianos, chakras, conformando así la estructura energética base de nuestra realidad física, es decir, nuestro patrón original.
Por tanto somos, esencialmente, seres de luz con un cuerpo físico, mental, emocional imprescindibles para desarrollar la vida terrena. Al abandonar en el tránsito que supone la muerte este vestido carnal, volveremos al Espíritu del cual procedemos para nutrirlo con nuestras experiencias en el tiempo de encarnación. Cuanto más conscientes somos de nuestra dimensión terrenal más enriquecedor será nuestro bagaje a la hora de trascender de esta a la otra vida.
¿Para qué?
Existen diversas técnicas, terapias, metodologías vibracionales, estas actúan directamente sobre la consciencia de la persona. Orientadas al autoconocimiento también pueden ser complementarias de otros modos de curación. El modo de vida que llevamos con sus prisas, estrés, los hábitos alimenticios, de pensamientos, emociones negativas, etc., alteran esa armonía natural y, sea por carencia, por exceso, por bloqueos, terminan perturbando nuestra salud, trastocando el flujo de energía vital, generando más tarde, las consiguientes enfermedades, accidentes, dolencias.
Queda patente pues, que la vibración tiene efectos sobre la materia. Cada vértice de energía o chakra está en correlación con una glándula endocrina, así la calidad de la información (la secreción hormonal) que las mismas vierten al torrente sanguíneo va a contribuir al bienestar o a la falta de funcionamiento correcto y ordenado de nuestro sistema de chakras y redes energéticas. La física moderna nos demuestra que la diferencia entre materia y energía es, exclusivamente su nivel vibracional, esto es, su frecuencia.
¿Para quién?
Las terapias energética están dirigidas a todas las personas: adultos, niños, ancianos, embarazadas, enfermos y no enfermos, creyentes en la terapia o incrédulos de ella.
Ayuda a conocerse a sí mismo y a vencer barreras internas que moldean la conducta humana, abriendo la capacidad de ser quien realmente se es en cada momento, de permitir irradiar la luz interna que todos tenemos.
Toda enfermedad o alteración patológica en nosotros comienza en nuestros campos sutiles. Nuestros pensamientos, conscientes e inconscientes, palabras y emociones crean nuestra realidad. Los pensamientos y emociones negativas crean formas densas en nuestros campos etéricos que pueden acabar cristalizando en el cuerpo físico como enfermedades y accidentes.
Si mantenemos la frecuencia corporal alta y oxigenada nos mantendremos sanos.
Para el Dr. Edward Bach ( 24 septiembre 1886 – 27 noviembre 1936), la enfermedad representa la ausencia de entendimiento de la personalidad del mensaje auténtico del alma. En el plano físico un órgano sano posee una frecuencia vibratoria elevada, no obstante, si este enferma, su frecuencia vibracional se ve alterada, siendo las principales causas nuestros propios pensamientos y emociones. Si mantenemos la frecuencia corporal alta y oxigenada nos mantendremos sanos. Merced al principio de resonancia, la transmisión de otras frecuencias equivalentes consigue hacernos recuperar el equilibrio, modificar y disolver muchas de estas formas antes de que lleguen a materializarse físicamente, pues la vibración y el sonido provocan cambios poderosos en los diferentes niveles de nuestro ser.